jueves, 6 de diciembre de 2007

¿México de 1905? No, del 2007



"Mi repudio y mi más enérgico rechazo a la actuación del gobernador de Puebla, Mario marín, en el caso de la detención de la periodista Lydia Cacho. Se revelan - en el periódico La Jornada- unas conversaciones escandalosas de un empresario poderoso (Kamel Nacif) que exige al mandatario estatal que meta a la cárcel a la periodista, y éste accede. Eso es una barbarie; expreso mi más enérgico rechazo y repudio. Exijo una investigación exhaustiva, caiga quien caiga, y que se les castigue. ¡Me vale que los señalados sean el gobernador y un empresario poderoso!"
-Felipe Calderón Hinojosa, candidato del PAN a la Presidencia de la República. 15 de febrero de 2006(Fragmento de una nota de La Jornada publicada el sábado 1 de diciembre de 2007)


El jueves 29 de noviembre de 2007 la Suprema Corte de Justicia de la Nación ratificó -una vez más- que, efectivamente, en México gobierna la impunidad. Tristemente, eso ya lo sabíamos de sobra en un país donde los políticos se han constituido como otra "clase social" y son quienes negocian las mentiras que deben aceptarse como verdades (¿real politik?) para asegurarse el porvenir, nunca de los ciudadanos sino de sus propias carnes.


¿En verdad nos creimos que, ante las contundentes evidencias, se resarciría el agravio que sufrió la periodista Lydia Cacho Ribeiro? La afrenta es muy grave y simbólica, la carcajada final del presidente de la Corte, Guillermo Ortiz Mayagoitia esconde esa degradación moral, emocional e intelectual que ha impedido la aplicación de la justicia y el reconocimiento de género, desde los crímenes no resueltos en Ciudad Juárez hasta el impune asesinato de doña Ernestina Ascencio y todos los casos de violencia que sufren miles de mujeres mexicanas en su propio hogar. Además, la resolución de la Corte expresa con denuedo no sólo la intransigencia cometida en detrimento de los derechos de la periodista, sino de cada ciudadano que se ha visto ultrajado por el crimen y los preceptores oficiales de la "justicia".

A pesar de que algunos habíamos notado que legalmente era inadmisible -por lo que es necesario reconsiderar ese agujero legal- la famosa grabación de aquella conversación entre el gobernador de Puebla, Mario Marín y el empresario textilero, Kamel Nacif. No quedó ninguna duda del complot urdido contra la periodista, puesto que, en indagaciones posteriores emprendidas por la misma Suprema Corte de Justicia, confirmadas y reconfirmadas, arrojaron el mismo dictamen lógico y evidente del delito perpetrado por los señalados.

Quien hizo pública aquella grabación telefónica entre el "Gober precioso "y el "Rey de la mezclilla", buscaba "alinear" al mandatario poblano, lo que finalmente consiguió. Pero la podredumbre ha quedado a la vista y ahora pretenden que no existe, ¿los miembros de la corte están concientes de que han sublimado pura mierda?

A continuación transcribo un elocuente fragmento del manifiesto del Partido Liberal Mexicano -que encabezara el periodista Ricardo Flores Magón- redactado en St. Luis, Missouri, Estados Unidos, el 28 de septiembre de 1905. "…Los tribunales de justicia son mercados de favores; el magistrado es un comerciante; la judicatura un gremio de explotadores. La ley se desprecia, y el oro es el que determina los fallos de los jueces. La conciencia ha desaparecido. Y sobre ese mercado indigno, sobre esa turba de negociantes de toga, se cierne la consigna del dictador, ley suprema de los siervos que están en los puestos públicos. La Suprema Corte de Justicia de la Nación es quizá la más deshonrada. Ella tiene que resolver los asuntos más importantes, y por tanto, sus fallos injustos tienen consecuencias más graves. Pero esta consideración nunca ha detenido a sus miembros para obedecer una consigna infame del dictador o para venderse a los particulares".

Desde entonces la impunidad sigue siendo inherente a la tradición política de los administradores del Estado, tal parece que persiste el espíritu del cacique-dictador, mal disimulado en nuestras "autoridades". Pero también, ha permedado la indiferencia hacia la injusticia al discurrir cotidiano, a nuestra manera de expresarnos, de ver como natural y propio ese consabido principio de "no hablar mal" y mantener un México apaciguado -súbitamente, me viene a la mente un slogan panista post elecciones presidenciales: "Por un México en paz".

Cuando las situaciones injustas son corrientes, perdemos la noción de libertad (esta frase final la tomé de un artículo de Valeria Valencia, "Crónica de una primeriza" de CIMAC noticias, que, a su vez, la cita se menciona como de la autoría de Laura Gutman. Nota publicada el 28 de mayo de 2007).

"Simplemente respeto la decisión de la Corte"
-Respuesta a breve pregunta sobre el caso de Lydia Cacho de Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de la República Mexicana. (Entrevistado por Joaquín López Dóriga para noticieros Televisa a propósito de un año de su mandato)

Fotografía del encabezado : Rotmi Enciso Producciones y Milagros Agrupación Feminista, A.C.


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